En la prisión, en sombras encerrado,
anhela el hombre su hogar, su rincón.
Sus ojos buscan del sol el ardor,
y en su pecho, el eco de un pasado.
Las cadenas que atan su destino,
son como muros de acero y desvelo.
Mas en su mente, un sueño es su anhelo,
volver a casa, al cálido camino.
La noche cubre su alma en desvelo,
y en cada estrella ve una promesa.
Que el amanecer traiga la certeza,
de que la libertad será su anhelo.
Oh, libertad, tesoro inalcanzable,
susurro lejano en su penar.
Un día volverá a respirar,
el aire puro, en su hogar amable.
Y mientras tanto, en su celda estrecha,
escribe versos de amor y añoranza.
Que hablan de tierra, de esperanza,
de un regreso que su alma pesadamente despecha.