Quise sentir, o tener la emoción
del sonido de los pájaros, esa
aurora del campo; y lo hice, llegué
en el ocaso. Que felíz me sentí,
llegó la noche, como siempre
esa suave brisa me arruyó. Seis
de la mañana el canto del gallo
me despertó, y el sonido de los
pájaros.
Qué manera de inspirarme,
y de alegre que estaba; sólo sé se
que pude disfrutar esa calma
sin ruido de los carros. Que paz
hubo,que regresé a casa relajado.