Ante el cielo azul
y el canto del campo
los ríos cristalinos
como el alma
de la madre pura
lleva la pena
y la fatiga
en su corazón.
Fatiga del trabajo
rural cada mañana
en el ordeño temprano
en el pastoreo
de sus animales
y las bellas ovejas
el sol las acompaña
radiante cada mañana.
Las montañas
en su eco la contemplan
en su fortaleza
y en su cansancio del día
ella, camina entre praderas
sin desvelo y en su canto
de niña y de sus ancestros.
Madre del campo, desde lejos llegas.
Madre del campo
Las estrellas
Brillan para ti
Desde lo alto
Desde la bóveda del cielo
Y la luna ilumina
Tus ojos pequeños
De paz y de esperanzas.