A Loreto Cortés
Para Loreto Cortés, esta emoción selecta y bravía,
nacida de lo recóndito de un azul y febril suspiro.
Allí, donde se une su ser, de allí... musas respiro.
A vuestra beldad, proclamo esta dulce poesía:
¿Habeís visto a Loreto Cortés? en la incanzable espera
de aquél varón al que pronto llamará «¡Mi amado!».
Ese extranjero que en sueños se ha manifestado.
Y que hace brotar su alma, como flor en primavera.
¡Qué garbo enaltece el ritmo de sus pasos al andar!
¡Qué sonrisas se manifiestan en sus dos labios!
Y son semejentes a los ósculos de dos sabios.
De su plenitud nacen aguas diáfanas como el mar.
Ha de esperar la llegada de amado mirando un celaje,
como las mozas greyes esperan a su fiel pastor.
Así, Loreto, aguarda apercibida a su gran amor.
Y ya juntos han de dibujar su amor en un paisaje.
Para: Loreto Cortés.