Siempre me llamó la atención el nombre con el que conocemos a estas ampollas que nos facilitan el parpadeo.
\"Lágrimas artificiales\" como si de falsos dolores se tratasen, intentos de error, traiciones impostadas,
daños inventados por la roja mirada, como mares secos del amor que no cala.
Curioso nombre de pastiche para una verdad sin palabras.
Herrumbre de sal en la herida abierta del alma.
Yo las llamaría, \"Cuentas de plata\" o \"Gotas del aire de la primera mañana\"
Me saben a llanto sincero, no a foguetería barata, pirotecnia de los ojos que en negro cielo arrebata el silencio postrero de una vida enlatada.
Lágrimas artificiales, como las alas de un hada, o el reflejo vidrioso del azogue en la cara.
Llanto del que llora, por no llorar nada.