En esta noche de seda
baja desnuda la madrugada azul.
Las flores de las aliagas
celebran una fiesta,
y en el límite del cielo
parpadea una luz
roja, rosa y lila
que activa el cerebro
e ilumina a quien la mira,
una radiación cósmica
que transforma los sentimientos.
Razón y sensibilidad
para reconstruirnos todos los días,
volver a nacer para ser libres
y aunque tengamos los huesos rotos
somos los dueños de la voluntad.
Si el corazón tiene sus motivos,
no te empeñes en creer sólo lo que ves,
que la verdad tiene un camino que cura:
el amor es el lugar
donde habitan
los limpios de corazón,
un reducto para que la muerte
no gane terreno.