ERES MI DEBILIDAD…
En tiempos de hambre te deseo como si fueras un manjar jugoso.
En tiempos de lluvias siento tus manos acariciando mi cuerpo mojado.
Eres mi debilidad, y en sueños me dejo seducir, desnudar y amar,
Y en esa debilidad, despiertas mis demonios, me doy a ti en arrebatada calma, porque calmas mis arrebatos, estragos y desasosiegos.
Mis angustias, desenfrenos por sentirte y tenerte ardiendo bajo
mis sábanas, y con tu sudor imprimes tu figura masculina y varonil,
Tienes sobrada ira y piedad, para mis huesos, y me descoyuntarás a besos.
Eres mi paz, mi guerra, mi calma y mi sosiego, mi ahora y mi después.
Soy débil cuando te pienso entre mis piernas, dándome calor y amor,
Eres mi debilidad y aludo que quieres llevarme enreda en tus piernas
enormes, duras como el acero, mi alma se regocija al sentirte.
Sentirte entre mis senos desnudos, sudando nos deslizamos para llegar
A la parte de la espalda que más te gusta besarme y ondear tus dedos
mezquinos por tocarme, siento tu fuente de agua clara apagando mi sed.
Aludo, que te gusta llevarme a tus deseos blanquecinos dulces y tiernos
mojados y sudorosos bajo el calor de la noche, oteamos deliciosos espasmos.
Eres mi debilidad y quiero ser tu debilidad, para husmear entre silencios
el olor de tu piel y juntar tu cuerpo con mi cuerpo, juntar quieres las bocas en
un beso eterno lleno de amor, pasión, deseos y fuego. Somos débiles
a los deseos de la carne, alma, los sentidos y pasiones ocultas. Oigo tu voz en el viento y te siento bajo mi piel hostil, alejada de tu amor soñado,
Soñado cómo la brisa moja mis labios, para besar los tuyos a fuego lento, no sabes cuanto deseo que todo sea real, y no sea un simple sueño de amor.
Deseo seas un adagio “más tarde que nunca” pero quiero tenerte, sentirte.
¡ay amor! ¡si te vuelvo a encontrar yo te vuelvo a querer y tal vez, mucho más!
Quiero cuidarte y que me cuides porque el amor en la vejez alimenta.
Alicia Pérez Hernández… México
No es la pluma la que escribe, es el alma
Todos los derechos reservados©
Amar es este tímido silencio
cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir el calor de tu saludo.
Amar es aguardarte
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.