DE LAS MANOS
¡Ayer! Es un decir,
manos hacia arriba
asidas por manos juveniles
guiaban inquietos pasos.
Cuatro en dos, raudos.
¡Ahora! Es un decir,
manos hacia abajo
sujetan trémulas manos
guiando agotados pasos.
Dos en cuatro, lentos.
Entre ese ayer
y este ahora
la vida generosa
hacia la muerte
a unos más tiempo
que a otros, escolta.
En ese ínterin:
de alegrías, risas y jolgorio,
tristezas, desvelos y llantos
por los años transcurridos,
debemos dar gracias.