EL QUETZAL EN VUELO

AL ESCUCHARTE, VOLVIERON LOS RECUERDOS

Así son mis sueños cuando son mal inducidos por mi almohada, caigo en ese letargo del ensueño y luego entre sombras y bruma, me pongo mis alas y voy a ese lugar de siempre, donde están tus tristezas y frustraciones, las cuales arranco y pongo claveles, para cuando vengas a trastear encuentres sonrisas y tus noches se vuelvan la fiesta del café nocturno, que disfrutabas tanto.

 

La otra noche de mi viacrucis pase por el café nocturno y escuche tu voz y pedí un tinto y me senté al fondo de tus recuerdos y ví como sacabas girones de dolor en tus canciones. Aprisioné la mala noche de aquel sábado y me la bebi como si fuera el tequila que me brindaste para que no sintiera el dolor en el pecho cuando me arrancaste la única esperanza de vida en el amor.

 

Cundo te fuiste esa noche que las sombras oscuras del desacuerdo cubrieron tu cuerpo de toda culpa y me quede sentado cavilando los motivos que tuvo la noche para llorar lagrimas de estrellas y por la madrugada, el frio se acuno en la parte oscura de mi corazón donde guardo aquellos bellos recuerdos que aún tenía y guardaba hasta la noche de hoy que te escuche cantar aquella canción.

 

Creo que esa noche accidentalmente me encontré contigo, con tu voz y tus acordes. Como sabes, ya no asisto al café nocturno. Esa noche no sé porque, mis pasos se encaminaron a seguir el eco de tu voz, quizá esos momentos de todo poeta que gusta azotar los recuerdos cuando a su corazón no llegan aquellos besos afilados y busca dolor entre sus recuerdos más oscuros.

 

Fue una buena jugada del recuerdo y la nostalgia que esa noche no trajera mi guitarra y que mi mano aún no se aliviaba del vació que venía padeciendo al no tomar tu mano. No poder recorrer tu cuerpo con mis manos, peinar tu alma y componer tu corazón como siempre lo hacía, Ahora solo me conformaba con verte de lejos y escuchar tu voz desde mi arrepentimiento de no ser bolero.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO