Lincol

AY, CORAZÓN

 

AY, CORAZÓN

Ay corazón
si tan solo supieras
lo que duele la distancia
en tu ausencia,
entenderías el lenguaje
de cada escrito a deshora,
en la simpleza de un saludo
o en la pregunta rutinaria
que se origina en la timidez
de la yema de los dedos
escribiéndote como ayer...
hoy y siempre.
Si tan solo supieras
lo que pesan las horas
y lo que callas con tu voz
entenderías la vida que das
a estos versos llegando a ti.

LMML.