Valentin Von Harnicsh

Luto

Aquí, a los pies de nuestra antigua y cálida morada

Contemplo silente las ardientes ruinas de nuestra esperanza

Sin lagrimas, sin posesiones, solo con las penas del tiempo

En completo duelo, abandonado en la oscuridad de mis ojos. 

Muertos nuestros amores, en los albores de la infancia de aquellos

Enfermos, imperfectos pero siempre cuidados y amados

Fallecieron por el frío y el tedio de un crudo y perenne otoño

Donde tu buscabas rosas, y yo detenía, contra todo, el tiempo. 

No fueron los deseos de nuevas primaveras nuestros deseos

No fueron los fuegos de hogar nuestros fuegos ni calor

No era aquella la curiosidad con que debíamos conocernos

No era aquel amor tan distante como debíamos amarnos. 

Y ahora tu, sombra perdida, lejana de las humeantes ruinas

Ausentada esencia que partiste en el silbido de la negra noche

Impones a un hombre en luctuosa pena y solo con sus callosas manos

Hacer de aquellos, nuestros fenecidos pasados, funeral, eulogio y entierro.