Asad

Nostalgia del Crepúsculo

Y así llega el fin del día,
es tan pesado sentir seguridad
abrazando la soledad.

Es tan fácil sentir que todo falta,
pero nada a la vez,
es tan fácil sentir
que nunca supiste lo difícil que fue verte irte.

Es tan fácil sentir el llanto en mi alma,
y tan difícil ver los ojos llorar cuando estoy triste.
Es tan fácil ver que nunca lo supiste,
pues pasaron años y no volviste.

Es tan difícil comprender
por qué me pongo triste
cuando sé que nunca lo supiste.

Amarte es tan fácil
y fue difícil el amarme.
Es fácil saber que el día acaba
y la soledad asoma en la ventana.

El frío me acompaña,
la noche es larga y se siente eterna,
es hermosa, tanto que está sola,
es hermoso saber que a ambos nos acompaña
la misma noche, la misma tarde, el mismo día.

Así, en la penumbra,
la soledad se convierte en mi única compañera,
y el frío abrazo de la noche
me recuerda que, aunque te amé,
nunca supiste lo difícil que fue dejarte ir.
La noche se extiende, interminable,
y en su oscura quietud,
se ahoga mi último suspiro,
mientras la tristeza,
eterna, se adueña de mi ser.