Miro rostros encantadores,
en mi camino vespertino,
sin ningún gesto dañino
parecieran benefactores.
Quisiera alejar temores,
como tornado arrasador,
dejar de ser un soñador
y nunca creer en primores.
Esconden las caras silentes
lo racional e irracional
sonrisa que sabe a mal
destruyen al mas valiente.
La apariencia es como mar,
parece miel encantadora,
en lo profundo te devora
en sus colores, un adular.