Érase una vez una princesa,
en un sueño adormecida,
iba a ser la prometida
viajando en una calesa.
Un príncipe la esperaba
para casarse con ella,
era la mujer más bella,
su sonrisa deslumbraba.
En un alto en el camino
fue víctima de un asalto
un mozalbete muy alto,
se cruzaba en su destino.
No tengáis miedo, princesa
en voz alta le decía
a nadie daño le haría
y menos a Vos Alteza.
Robamos a la nobleza
para dárselo a los pobres,
no somos unos ladrones,
ahí radica la grandeza.
Ella se quedó prendada
del joven y sus encantos,
él consolaba sus llantos,
manteniéndola abrazada.
No quería desposarse
con aquel adinerado,
era solo un desdichado,
y no quería amargarse.
Renunciando a sus riquezas,
vivió con su enamorado,
dejó al príncipe plantado
olvidando sus tristezas.
Classman