Margarita García Alonso

Cierto, mi tiza se acorta

Cierto, mi tiza se acorta,

debería asestar

un último golpe

en el horizonte.

Lo que quise y he querido

se reduce, cabe en un hueco

de ardilla, en el cascarón

del huevo de codorniz.

Con buena suerte

tendré mi Auschwitz

y del horno sacarán

ceniza de trescientos

desesperados

que crepitaron antes.

Con mala suerte

me dispersan en la Manche,

y la ventolera ciega-involuntariamente-

a guardianes de la Costa.

A lo máximo, tres ciegos cierran

el truculento cachivache

que ulula bajo aguacero.

 

del poemario Dulce Apocalypsis