Venimos a la vida llorando
Como si no quisiéramos...
Parecemos arrojados de otro lado
Y que llegamos forzados.
Vivimos durmiendo y soñando,
Errantes como las estrellas sin posada,
Salvando obstáculos...dando tumbos
Entre pañales y sudarios.
Hasta que llega la muerte y nos dice:
“Que dejemos los adjetivos calificativos en las sillas,
Qué nada de políticas...ni de polémicas,
Que fuera etiquetas
Que nos quiere desnudos”.
Seguro que lo diré cuando muera:
“Todos somos unos fantasmas”.
¡Maldición!