Tiembla su cuerpo de pasión frenética,
corre en su sangre gran ardor helénico;
y su figura, con fulgor selénico
alumbra el alma, con su magia estética.
Tiene su estampa seducción magnética
con unos ojos de color edénico;
y tiene porte con origen génico
de alguna diosa con esencia herética.
Ella despierta mi fervor hedónico
trayendo aromas de ilusión onírica;
con una fuerza de furor tectónico
que hace que nazca mi ansiedad tan lírica;
que causa insomnio lacerante y crónico
con apetencia muy brutal y pírica.
Autor: Aníbal Rodríguez.