Humberto Gómez Sequeira

El gen de cresta dorada

Sigamos cavando,

como lo hicimos antes

de descubrir las cuevas del tiempo,

en la vena azul que atraviesa

los hemisferios del conocimiento

con el dedo

que nuestros antepasados usaron

para trazar nuestro camino

en los vientos que formaron

el mundo de los sueños,

del cual evolucionaron

como animales competentes

que hablaban el lenguaje

electromagnético

de nuestras células madre,

diligentemente,

hasta que veamos la huella dejada

por el gen de cresta dorada.