Tengo miedo del silencio,
del vacío que se cierne,
de la noche sin estrellas,
del silencio que no duerme.
Tengo miedo del silencio,
de la calma que me acecha,
del susurro de los vientos,
de la sombra que se estrecha.
En el eco de los días,
en el hueco de las horas,
se desliza, sigiloso,
un silencio que devora.
Es un miedo sin palabras,
una ausencia que retumba,
un abismo de miradas
donde el alma se derrumba.
Tengo miedo del silencio,
de su manto sobre mí,
de la quietud de los sueños,
del suspiro que no oí.
Pero en medio del vacío,
en la oscuridad sin nombre,
hay un rayo, luz de frío,
que del miedo me responde.
No es el fin de la esperanza,
ni el ocaso de mi ser,
es la pausa, la balanza,
de lo que debo aprender.
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