Estoy perdido.
Soy de esos ciegos que te miran y te piden un milagro.
Porque estamos enamorados,
porque estamos solos.
Y el amor es frío, es brillo en la oscuridad y
en la soledad de terrazas y colillas de cigarro.
Porque nunca me quedaré tan solo y
porque nunca lloraré con mis ojos vacíos de tu reflejo.
Y tu reflejo;
tu reflejo ondulante en el agua intranquila
ese cuarto menguante que dejas insinuar bajo tu manto
negro de estrellas,
la belleza de la noche.