Tan brillante alli en el cielo,
cabisbajo yo la miro
y tratando de alcanzarla
ansiosos brazos yo estiro.
Tan hermosa, tan perfecta
y comprarla no han podido,
de las joyas la más blanca
una diosa del olimpo.
Como el vino al paladar,
de mis ojos es la vid
mas de la luna ya no hablo:
si no la razón de mi existir
luna de octubre aquí en la tierra,
la más hermosa: ingrid…