SUCEDE QUE…
Usurparon la vida, por las dudas.
El terror cotiza en las bolsas de comercio.
Sembraron de muerte la vigilia y los sueños.
La humillación amaneció, hoy,
más saludable.
La impunidad anda de fiesta por el mundo.
Los holocaustos se pusieron de moda.
Se fotografían, en pose, los verdugos
y el desempleo resultó un próspero negocio.
Así las cosas,
todo indica que puede empeorar.
Entonces, acallo mis ojos,
mi voz sepulto,
y te escribo por última vez:
“Lo que pudimos ser
estará haciendo un desierto de palabras
sin memoria”
-Te quise tanto!
gritaré en el silencio
de la luz del sol y de las cosas.
Pero ya no me escucharás.
El llanto de tanto dios avergonzado,
o la risa de tanto diablo satisfecho,
ahogará mi grito solitario.
Y es que siempre, jodidamente siempre,
regresan los dinosaurios!