Salve, Bandera de mi patria, salve,
y en alto siempre desafía al viento,
tal como en triunfo por la tierra toda
te llevaron indómitos guerreros.
Tú eres España, en las desdichas grande,
y en ti palpita con latido eterno
el aliento inmortal de los soldados
que a tu sombra, adorándote, murieron.
Cubres el templo en que mi madre reza,
las chozas de los míseros labriegos,
la cuna donde duermen mis hermanos,
la tierra en que descansan mis abuelos.
Por eso eres sagrada, en torno tuyo,
a través del espacio y de los tiempos,
el eco de las glorias españolas
vibra y retumba con marcial estruendo.
Salve, Bandera de mi patria, salve,
y en lo alto siempre desafía al viento,
manchada por el polvo de las tumbas,
teñida con la sangre de los muertos.
SINESIO DELGADO