Si otro animal humano te hiere,
respira,
lame tu herida hasta que sane
y sigue respirando.
Si el miedo te estremece,
inhala una molécula de éter
y déjala flotar por tus venas.
Cuando sientas
que ha llegado a tu corazón,
ríe sin cesar
como un niño
bajo un hechizo mágico.