De tu bodega
beber vino oloroso
de viña añeja
yo quiero,
y oler tu aroma
a nardo,
rozar los pétalos
del cáliz levantado.
Reclinarte en mi pecho
-ojos de dulzura mirándome-,
acariciarte
los rosados pezones
erectos
que plácidamente
reposan dentro.
Enamorada
en mis brazos de fuego,
el clavel encendido
teniendo
entre tus manos
-contigo muero-.
-salvador-