jvnavarro

SOBRE UN POEMA ROTO

He roto el poema que estaba escribiendo (1)
y es que he leído unos versos
y me he llenado por dentro
de las luces de la tarde (2)
que ya se escurren por los tejados
de las casas de este mi pueblo.
 
Van esas luces  que me fascinan
 a la búsqueda de la luna,
su imaginaria amante
muy querida,
tan fiel y presente siempre, 
para cuando de ella se solicita
algo que no sea su cara oscura.
 
En estos atardeceres sencillos,
sin más olas por delante,
sin más mar
que el azul, ya negro: luto, 
de la incipiente noche,
este, el poeta que les escribe,
se siente cogido del hado de la suerte
y se lanza en desigual combate
a decir lo que siente,
con pocas palabras,
digamos que las mínimas,
 para ser entendido.
 
Y  es que ahora viene
el hablar del amor,
como vehículo suficiente
para levantar pasiones,
con ese cariño y apego
que hace 
nacer afectos al instante,
entre muestras de ternura
que posibilitan
que todo sea adorable
y es que el querer
siempre juega a ganar 
en lo que se propone.
 
Vuelvo, otra vez, a la tarde,
al azul que se va
y al negro que viene,
a las siluetas que las sombras trasladan,
la mía entre ellas,
a los horizontes irresistibles
en la lejana memoria
que en mi interior arde.
 
 
 
OBSERVACIONES
(1) Poema roto:
Juego a querer ser
y no me encuentro.
 
Se que existo,
ya que  me toco y me noto,
 me miro en un espejo
y me veo.
 
Es la existencia 
esto 
y alguna cosa más,
me pregunto.
 
Fundamentalmente  sepan 
que somos
un noventa y nueve por ciento,
de oxigeno, carbono, hidrógeno, nitrógeno
calcio y fósforo
y un cero, coma, ochenta y cinco por ciento,
de azufre, sodio, cloro y magnesio
 
(2) En las luces de la tarde: canción de Vivir Quintana: Vivir Quintana es una compositora y cantautora mexicana. Autora de «Canción sin miedo», canción que se ha convertido en un himno del feminismo.