Quisiera que el calor fuese una joya
Para poder robarla a diario.
Que el tiempo me hubiese esperado un poco
Para no pasar al siguiente escenario.
Fue frío con un toque de hierbabuena;
Refrescante como cerveza en playas de Cartagena.
Fue pacífico como dos peluches cosidos del mismo hilo.
Olvidable, como para maquinar a los obreros de la mente.
Fue corto como el instinto que apenas pudo demostrarme.
Es más largo febrero que padre e hijo para reencontrarse.
Fue incómodo como dormir en el sillón de algún pasillo,
Botar al piso la cobija y empezar a morir de frío.
Fue un mensaje subliminal con olor a una clara despedida.
Fue el anticipo de los hechos que algún reportero escribió en su diario de vida.
Fue el punto y coma que detuvo tus narices
Y permitió que las noches me hechizaran con realidades grises.