Quiero alejarme, escapar, ser feliz, comprendiendo el momento,
pero mientras mi alma solo escriba melancolía con sentimiento,
seguirás presente gran tormento.
No quiero odiarte, ¡deja de tentarme!
Cada amanecer es desesperante,
esta sensación de repulsión me lleva a cuestionarme.
¿Por qué odiar a la muerte si ella es quien ama eternamente,
aunque a veces desespera, aterrando me eternamente ?
Sé muy bien que no es una salida, pero me sigue hasta en mis pesadillas.
Las lágrimas se han convertido en un anhelo, semillas
de esperanza, perdidas entre las mejillas.