Imponente como un roble, pero nadie lo tumba con un hacha.
Peor que el acero, pero el agua no le provoca ni una mancha.
Que en su boca colecciona dardos de varios colores
Que dispara en la mente de aquel a quien acurrucaba en frente de señores.
Duro como bálsamo que no se recuesta sobre los labios.
Arrogante con los tuyos sorprendiendo con su humor y esos cambios
Ausente como De Bruyne en una final de Champions.
Cada día memorizo la historia que te viene detrás
Ajustando mis oídos para ignorar la ridiculez que me dirás.
Lo que puedes ofrecerme es una charla nocturna
Sobre cómo de toda culpa estás exento.
Dices que eres bueno, que mi cabeza fue lavada
Que eso me convierte en una mala enseñanza.
¿Acaso es tu deber herir con palabras disfrazadas de roca?
¿Y con desdén menospreciar la crianza?
Pues yo hubiera preferido un cigarro en tu boca
Y ahorrarme penas en ver a mi conciencia loca.
Gracias porque no me respetes
Y que me enredas con mentiras
Diciéndome que, como tú, nadie va a quererme.
Ahora lloro en silencio para que no me detectes;
Baja la palanca cuando termines tus deberes.
Es así, queridos míos, como aprovecho estos minutos de gloria
Para que mis lágrimas ahogadas, por fin, salgan a flote.
~ Att: 4 de abril de 2023 ~