Mi abstracta y altiva adorada,
sos del sueño culto un enigma candente,
volátil entre señuelos perplejos consternados,
de espacios perturbados gritando sonriente,
presumís agonía con sentido elocuente,
y transmitís la belleza susurrando inconsciente,
delirando solemos ser una fábula ininteligible,
en complejos sinsentidos de momentos indelebles.
Criticamos la nostalgia y nos colgamos de recuerdos,
mientras velozmente pasa el tren, que se lleva lo perdido,
perseguirlo es posible, atraparlo es cruel quimera,
desazón es la memoria martillando la consciencia.
Para convencer la vaga expresión de mandsedumbre,
que desata empedernida el ocaso en la paciencia,
dejando lo mas puro, que es genuino y construido,
cual castillo arenoso en espera de ser derruido.
No me señalés en esas imágenes difusas,
absuelto estoy de lo cotidiano entre tus días,
cuando la luna quiso que disfrutemos la paciencia.
fue tu mano la que quiso que ya pronto amaneciera.
Llama es el destello reflejado en tus cristales,
por la luz ya condensada, interminable, exasperante,
pondremos en la sonrisa agobiante irreconocible,
ese final que se sueña, llega y es insuperable.
Un modo silencioso me regalaron en tu desdén,
aquellas melodías tan contundente de tus voces,
que en súplica aparente y dominio estrepitoso,
saturaban dulcemente la marcha de mis noches.