La aurora desde temprano ilumina
Esos amplios patios de tierra rojiza
Las más de las veces reseca
Donde cada fruto logrado
Donde cada trino de pájaro
Se celebra y agradece al cielo
Las gallinas y pavos a sus anchas
Deambulan por todas las calles
No hace falta traerlos de vuelta
Al crepúsculo regresará a sus casas
Los niños aprenderán artes y letras
Los mayores realizarán sus faenas
El don precioso del agua se guarda
Transparente en cavidades y pozos
Y cuando en lo alto el sol cae a plomo
Los techos de huano
Las paredes de barro
Las puertas abiertas
Permiten al viento fluir libre y alegre
Como el corazón de la gente que habita
Anochece y el olor de las flores perfuma
Los juegos de los infantes que corren
y de los adultos la charla animada
Desde la iglesia se despide una campana
Y a lo lejos las luciérnagas guiñan
La oscuridad entre tapias y ramas
En el recuento de la placidez sin codicia
El aliciente es ver nuevamente el día