Un reloj, su cuerda rota, detiene el tiempo,
aleja la vida, sumergida en la inercia.
Así la razón se desvanece, olvidas
y pierdes la visión de quién eres.
Te conviertes en un enigma errante,
entre ficción y alma encadenada,
atrapada en una prisión de confesiones,
tu única esperanza, recuperar la vida.
Tu mundo se vuelve un jardín desolado,
donde el dolor repite su ciclo sin fin,
días fragmentados en espejos rotos,
tu alma sufre la tortura de morir,
creyendo que puedes vivir otra realidad,
una ilusión solitaria y sin regreso.
Duermes en un eterno aislamiento,
quizás la intemperie, un rincón olvidado,
perdido en un instante de respiración.
Tu aliento se desvanece,
¿Tu vida se ha transformado en una máquina?