No te imaginas cuántas noches lloré pidiendo a Dios éste momento.
Postrada de rodillas,encerrada en un tormento.
Le pedí a gritos con lágrimas en los ojos poder continuar estudiando.
Hoy le doy gracias por permitirme hacerlo y ver que me está iluminando.
Estoy agradecida y completamente feliz de mi diversidad.
La pequeña yo ya está orgullosa de ingresar a la universidad.
Es un sueño lo que estoy viviendo,
Sé que titularme no será complicado.
Tengo a Dios a mi derecha y la valentía que me dejó el pasado.
Amo lo que estoy haciendo, al igual que amo el arte.
Mi vida es maravillosa, no quiero estar en otra parte.