Puedes venir en cada día del año, verás que todo seguirá igual. Unas gotas en mis ojos, un dolor en el pecho, mi hogar deshecho y unas letras que justificarían mi silencio.
Llevo en mí, cicatrices que no han sido curadas, dos besos que marcarán el hoy y el mañana. Dos estrofas que me asfixian, que me matan; llevo en mí una guerra sin ganas de ganarla.
Dos tormentas, mi corazón y mente, que aferradas les grito que la suelten. Llevo en mí una tristeza que grita del corazón, unas palabras vanas y por las mañanas el arroyo se desliza por mi almohada.
Llevo en mí una espera de un largo tiempo, que el viento destruye objetos de mi hogar cuando se va cayendo. Llevo un adiós que llena de lágrimas los silencios de mis noches en guardia. Llevo un par de palabras marcadas en mi alma, que no llenan este vacío que crece de mis entrañas.
Y que al paso del tiempo esto se vuelve un ciclo, yo aquí esperando a mi amada, mientras que cada día es una batalla sin ganas de ganarla.
-Jair Garfias