En sitios muy parecidos
nos vemos,
de vez en cuando
los poetas,
para cuando componemos poesías
y es que trabajamos todos
con las mismas herramientas,
la imaginación siempre alerta,
los recuerdos con sus alegrías
y penas,
usando como artillería
para esta prolifera tarea,
la sensatez,
o como quiera que se diga,
la sagacidad lisonjera
de quienes exponen sus almas
al primero
que hasta nosotros se acerca.
Somos los poetas,
amigos y amigas de estas tareas,
pájaros carpinteros,
que de tanto gastar su pico
siempre sobre las mismas letras,
hemos creado un vocabulario
de palabras selectas.
Somos chamales
de una tribu de gentes buenas
que espera de los poemas
que levanten sus ánimos
hasta más allá
de lo que es propio
de nuestra naturaleza.
Así en esta noche,
de poetas y poesías,
todo se respira
como si no existiera
más días
que este que aquí se presenta.
Apremia el tiempo
y es que se apaga la vela
que da luz a mi inteligencia.
No les quito más tiempo
y es que la vida nos lleva
hasta donde quiere
nuestras amuebladas cabezas.
Supongo que estarán
acabando un poema
o un haiku,
o un soneto
o a una lira,
que estarán
llenos amor o penas
y es que el oficio de poeta
es pura magia negra
que no se recoge
en ninguna receta
ya que lo nuestro es crear
bellas letras.