Acaba mi aire
donde acaba tu sombra;
mis besos
donde comienza tu boca.
Quién me diría
que al final de este camino
estarías tú, espléndida,
llenando la suerte de mis ojos.
Qué inútil se hace
amar al alba,
amar la noche,
si tu paz no me acompaña.
Porque te quiero siempre
al alcance de mis ojos
porque al igual que en el dolor
también creo en los milagros…
…Y tú viniste a sanarme
a reclamarme como era
a ocupar mis noches, mis espacios
a conquistarme tan solo
con el calor de una palabra…
…Como si fueras un eco irremediable
de una voz que siempre torna.