El Corbán

AMIGA MUERTE

En la sombra profunda, donde el tiempo se retira,

la muerte acecha como un enigma, la noche conspira,

un viaje sin retorno, una danza que suspira,

donde el alma abraza al destino, en su bruma que delira.

 

En su abrazo gélido, todo se torna efímero,

los sueños, las risas, los amores, un mar sin timón, sin rumbo certero,

cada latido es un suspiro, cada aliento un sendero,

y en el silencio etéreo, se despliegan los portentos verdaderos.

 

Pero la muerte, en su paso, nos deja su enseñanza,

la certeza de la finitud, el tesoro de lo vivido, la esperanza avanza,

nos invita a abrazar la vida con ardiente confianza,

a honrar a los ausentes, con amor compartido, lazos que nunca se alcanza.

 

En el ocaso de la vida, en el umbral inclemente,

si la vida es cruel, ¿por qué la muerte no ha de serlo?, mente trascendente,

en su misterio y su calma, en su danza indolente,

la oscuridad y la luz se entrelazan, en un beso clemente.

 

En cada adiós pronunciado, en cada lágrima caída,

se encierra la promesa de un encuentro celestial, despedida sentida,

pues en el corazón, la memoria no es fingida, vida compartida,

y el amor, más allá, sigue siendo inmortal, despedida preferida.

 

En el susurro del viento, en la última nota del acorde,

En el suspiro que lleva consigo la promesa de la alborada, desborde,

Por eso te espero, amiga muerte, en la senda que el destino ordena trazar,

En el abrazo final, en la paz que al fin se halla, cuando deje de amar.