El fresco manantial se hace pájaro
y sale de su nido cantando,
puro y cristalino...
Estoy sentado junto al arroyo claro
de su corriente abajo...
¡Tan cantarín!...saltarín regato.
¡Cómo se escucha en notas de concierto
tu murmurio presuroso!
Cristal de brillos dejadme contemplaros...
¡Ay, si tu murieras!
¿Qué sería de todos nosotros
y de tu curso bello?