Ha esa mujer que pasa todas
las tardes, y su mirar hacia a mí
es tan arrogante, después que nos
dimos tanto amor.
Solo la dejo pasar así de fácil
, porque no quiero su enojo.
Yo tengo una vida de bueno modales, porque aprendí a mi madre.
Que mujer tan enojona,
que sólo se que me dió tanto amor
en esa tarde de amantes.