Me dijiste aquellos días de amor
y amantes, que yo era tu ternura y cariño.
Hoy que estás lejos, siento tu olvido;
y de esperarte que va, me quedo
dormido, y un rayito de sol me
despierta alegré; y como no falta
el pan en la mesa, me desayuno
me voy al trabajo, y por la tarde
mi cena; como no te espero me
inspiro un versito bonito lleno
de alegría, que manera de vivir
contento en tu lejanía.