En las faldas de Sierra Nevada,
donde el aire puro se respira,
se asienta un pueblo lleno de gracia,
de un pásado morisco que nos mira.
Con tus veladas troveras, teatrales,
tus calles son páginas de historia,
de costumbres cuidadas, ancestrales
nuevos tiempos florecen tu memoria.
Tus viñedos, almendros en flor,
y tus olivos, acuñan tu suerte,
con su gente desprendiendo amor
con solo el deseo de venir a verte.
Celebrando en tus fiestas populares
el hechizo de tu fuente del vino
crece el deporte entre nuevos festivales
regalando elixir al peregrino.
Crece Cádiar entre Yatór y Narila
entre acequias, senderos y tus fuentes
son las aguas del guadalfeo melodia
que enamora al viajero en sus afluentes.
Se asienta una dama majestuosa
en pleno corazón de la alpujarra
esa es Cádiar, jugando a ser hermosa
sobre cuerdas de una dulce guitarra.