En la quietud del bosque, en la sombra,
donde susurran hojas al compás,
una hormiga, pequeña y sin albor,
anida un sueño audaz, rebelde y voraz.
Atraviesa los caminos de su reino,
con paso firme, decidido y sereno,
buscando en la oscuridad un destino,
rompiendo las cadenas del silencio.
Con su ejército de sueños tejidos,
en su corazón late un furor,
rebelión en sus ojos encendidos,
contra el peso de un destino sin color.
¡Oh, hormiga, valiente y desafiante,
en tu lucha, hallarás la libertad!
En cada paso, en cada instante,
tu rebeldía será tu verdad.