Te amo Soledad.
Tu abres mi memoria para que yo
abrace el amor de ayer como si
fuera de hoy
y encomias que te haga preguntas para
las que ambas sabemos que no hay
respuesta alguna.
Y tú, soledad, sin enojos ni quejas,
me aconsejas con pródiga
sabiduría, cómo seguir amando…
¡Y no te vas!
Obsequiosa te quedas a mi lado.
Soledad, sé que te gusta arroparme
y ser el refugio irremplazable que
necesito y junto a eso eres el
consuelo y la amiga de más tiempo
por mi alma venerada.
Tu, la portadora de la preciada llave
de los recuerdos que atesoro de mi
amado y de cada sentimiento amoroso
que de él se anida en mi efusivo
corazón.
¡Acuciosa los mantienes guardados
y no los deja ir!
¿Por qué? Porque sabes que junto
a ti, cada noche, está el que amo.
Y, entonces, acudo a los recuerdos
y … :
Radiante de felicidad, escucho sus
palabras convertidas en céfiros
acariciadores, susurrándome al oído
pidiendo más y más pasión.
Golosa disfruto sus besos, como
siempre, convertidos en caricias
irradiantes de hermosos y dulces
placeres innatos.
Vanidosa veo esos brillantes ojos,
sus ojos, que son llamaradas intensas
penetrando mi alma cual faros
lumínicos del alba que me atrapa.
Codiciosa toco sus manos, su rostro,
su pelo, su cuerpo … todo él y lo siento
dándome férvidas ternuras acogidas
por un lecho de rosas donde se hace
el amor.
Y aún yo, si …yo, continuo cada día
abrazando el ocaso y soñando en él,
mientras viajo con el tiempo que me
dice hacia donde voy, pero no lo
qué pasará cuando haya terminado
el viaje...
Amelia Suárez Oquendo
26/05/2024