El amor, ensayo perpetuo,
cambia con cada mirada,
con cada suspiro, un vuelo
de emociones entrelazadas.
Como actor en su escenario,
el corazón ensaya su papel,
en un libreto diario
donde el amor cambia con el anochecer.
Cada vez que observo, siento
que el amor es un misterio,
un camaleón lento
que se adapta a cada deseo.
Ya no sé qué es el amor,
si es pasión o es ternura,
si es locura o es dolor,
o una dulce aventura.
Es un río que fluye sin fin,
una llama que nunca se apaga,
es el viento que sopla afín,
y en mi alma siempre se fragua.
El amor, ensayo constante,
en mi ser se transforma y crea,
es un arte vibrante,
que en cada corazón ondea.