Sucede que es indestructible
el pensamiento que me ata a ti,
aquel que en las noches de silencio absoluto,
ríe, calla, sueña y duerme sobre tu seno ausente;
la narrativa del deseo se convierte, entonces
en un sistema de bosques,
donde cada árbol es un suspiro,
cada sombra un eco de nuestra complicidad;
Sucede, tal como las palabras
que el amor muere y revive,
se hace polvo y resucita de los huesos,
florece y se esparce por el aire;
y entonces, no importan los años,
ni los días que se han perdido,
porque aun lo frágil y delicado de nosotros,
se torna indestructible.