Voy por el camino,
simplemente caminando.
Sin prisas.
¿Es corto, es largo?
No me inquieta eso.
Simplemente, camino.
Me muevo por que puedo hacerlo,
y por que es la manera de avanzar,
pero si por mi fuera,
me sentaría a la orilla del camino
a esperar que caiga la tarde.
Así son mis días,
conforme la edad me abraza.
Tranquilos, sin prisas, ni apuranzas.
Voy por el camino,
por donde muchos han pasado.
Huella sobre huella,
y voces que han callado.
Autor: Bernardo Arzate Benítez.