Mi tesoro bajo las olas,
azulinas y suaves del mar,
entre rocas y corales,
me espera, me canta.
Paciente y tranquilo,
sabe que lo deseo más que a nada.
Es mi razón de vivir, mi brújula,
la estrella brillante del firmamento.
No hay submarino que se sumerja tanto,
las olas lo llevaron muy profundo,
lejos de mí y de mi tripulación,
por debajo del casco y las velas.
Hundiré mi barco por estar contigo,
eres mi deseo, mi razón de vivir.
Aunque todo se haga más y más oscuro,
lo haré sin dudarlo, solo por ti.