Anduve en mi soledad, por caminos agrestes.
No hubo más que impulsos de retar la suerte.
En verdad, en las noches trancé con la muerte.
Es que, había perdido de vista, el cielo celeste.
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Todo le puede pasar aquel que no ve la señal.
No es que te vayas a morir, la vida si importa.
Muchas veces, cometemos, un pecado venial.
Otras veces gritamos, es qué la vida, es corta.
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Sea verdad o sea mentira, la muerte, es cierta.
En verdad, sí hay órdenes que, a la vida atajan.
Hay leyes de Dios y Hombre, eso desconcierta.
Otros dicen: la Vida y la Muerte del cielo bajan.
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¡Hay porqués que son razón válida, para existir.
Ciertamente, si tú amas y te aman, quieres vivir!