¿A qué huele la guerra?
Huele a sangre derramada
A tierra fértil arrasada
Huele a pólvora de misiles disparada
Apesta a vísceras en las trincheras arrancadas
Huele a azufre, que arde en los ojos apagada
A familias enteras diseminadas
A niños huérfanos de lágrimas y llantos en sus rostros tristes lloradas
Huele a hogares arrasados por la crueldad, sin razón visitadas
Huele a invasión del fuerte al débil, sin causa justificada
La guerra huele a muerte y la vida inmisericordemente terminada
Huele a pesadillas, a miedos y espantos, sin sueños, nunca ni jamás soñada, ni olvidada
Hiere al corazón y el alma sufre y se desgarra en llantos manchada
Huele a morteros en trincheras de tanques y aviones rodeadas
La guerra huele a incomprensión de la humanidad, que huye despavorida y asustada
La población humilde pide agritos con pañuelos blancos, que por favor de los misiles mortíferos sea salvada
De nada sirven los ruegos, las reuniones, las conferencias, si todo queda en habladurías murmuradas
¿Acaso los que sufren los avatares de las guerras, han sido por el resto de las poblaciones olvidadas?
Recuerden que el paso por esta tierra, la vida sólo es por unos instantes prestada
La guerra huele y apesta a cadáveres putrefactos, de las potencias evitada
Huele a la espeluznante muerte, cadavérica y huesuda, olorosa y desnudada
¿Acaso la hermosa y placentera vida, que Dios nos ha dado no es respetada?
La vida de los seres humanos por las guerras y sus horripilantes muertes, ha sido una y otra es golpeada
¿Acaso la preciosa vida con la muerte cruel de los misiles de la guerra ha sido amenazada?
Todo lo que atente contra la vida del ser, las guerras, el poder, es una acción equivocada
Todo en la vida se puede con voluntad y armonía, la tierra alcanza para todos y debe ser repartida y negociada
¿Por qué pasamos de agache y no queremos ver el sufrimiento de aquel ser y su vida vilmente asesinada?
¿Acaso no sentimos en carne propia a aquel ser que sufre y llora, padece sufrimientos, hambre y sed de las guerras, por otros provocada?
¿Acaso la vida de los otros, de aquellos humildes, de los que mueren, de aquellos que luchan por un pedazo de tierra, no vale nada y debe ser de sus vidas ignoradas?
¿Has pensado en un instante a qué huele la guerra?
¿Qué dolor se siente al ver pasar un tanque disparándole a la vida?
Qué pueden ver los ojos de aquel bello ser, de aquel niño huérfano al ver cruzar los cielos de aviones y misiles, ¿que explotan con soberbias destruyendo sus casas y hogares, que una vez jugaron con sus padres y hermanos de abrazos y risas admiradas y acariciadas?
Ya no mas guerras, ya no más olores a pólvora, ya no mas ruidos de sables, ni de tanques, ni sonidos de misiles, ni el retumbar de los aviones, ni del uno, ni del otro, pisoteando de la vida por el fuerte dominada
El olor a guerra debe ser por toda la humanidad con empeño, con ahínco y con voluntad política y con todas las fuerzas rechazada
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga mayo- 2024