Hashem Fajardo

Estatuas caídas

Con cada día que pasa, solo me acostumbro a tu silencio.

Soy amigo de tu ausencia, que es extraño que estés presente.

Entre tu conducta y tu salida nada diferencio;

Podría quemar mis energías, pero sé que no es suficiente.

 

Somos estatuas que caen en picada;

Busco tu mano entre las ruinas, pero no hallo nada.

Levanto toneladas para escuchar tu voz.

Solo me encuentro con vacíos corriendo en manada.

 

Fuiste condenada a desaparecer.

No te tallé con la cabeza fría,

Y ahora mis errores puedo ver.

Mi mente creyó que serías la estatua perfecta;

Y para que no me decepcionaras, nada pude hacer.

 

Ya no puedo imaginarme tu grandeza

Ya no quiero soportar lo que causa mi torpeza.

Porque no eres la misma que un día encontré;

Entre mi martillo y en mis brazos, te dejé caer.

 

Poco a poco olvido el ritmo de tu risa,

Mis ojos oyen que te vas deprisa.

El pasado no se digna en dar la cara

Para pagar que a esa estatua caída tanto amara.